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Si este blog tiene como nombre Proyecta Tu Bienestar, no puedo pasar por alto esta situación que se esta presentando con los adultos mayores en este país. Mi bienestar no lo puedo cimentar en el malestar del otro y mucho menos si ese otro es mi padre o mi madre.
¿A Qué Traemos a Nuestros Padres Como Residentes a los Estados Unidos? Esta pregunta debes formularla antes de dar ese gran paso. En realidad ¿para qué quieres traer a tus padres como residentes? ¿Tienes el suficiente soporte económico para suplir sus necesidades? ¿Es claro donde van a vivir? ¿Y cuánto tiempo van a vivir contigo? Déjame decirte que una cosa es traerlos de visita por uno o dos meses y otra muy diferente que vivan contigo. A pesar de que el nivel de vida en este país es mucho mejor que en los nuestros y que ser pobre en Estados Unidos es diferente que ser pobre en Latinoamérica, la vivienda y la medicina son costosas, solo para citar dos ejemplos.
En tres años de trabajo en este centro son innumerables los casos que conocemos, muchos de ellos dolorosos. La mayoría de hijos buscan la residencia de sus padres para que cuiden sus nietos, les cocinen y ayuden con los oficios domésticos, no es que sea indebido, todo se convierte en problema cuando se llega al abuso y el abuelo no puede trabajar, no puede estudiar Ingles y no recibe ninguna gratificación económica. Dedica toda su vida a su familia y al final en su vejez y enfermedad no tiene el suficiente amparo de sus hijos.
Otros traen a sus padres y en el camino se encuentran con este tipo de centros día, donde se sienten amados, protegidos, acogidos y donde tienen la oportunidad de compartir con personas de su misma edad. El problema familiar se crea cuando el adulto mayor desea asistir a estos centros todos los días y ya no esta en casa cocinando y atendiendo nietos incluso hasta bisnietos.
No estoy diciendo que todos los hijos que “piden” a sus padres como residentes no los acogen como es debido, solo que al momento de “pedirlos” o no tienen en cuenta estos “detallitos” que pueden hacer de la convivencia un infierno o simplemente no hablan claro antes de iniciar el proceso y se preguntan: ¿con quién van a vivir? y ¿de qué van a vivir?
Es bueno tener en cuenta la edad de los padres, su escolaridad, su estado de salud, antes de iniciar el proceso de petición. He conocido casos de padres analfabetas, discapacitados donde los hijos se cambian para otro estado dejándolos abandonados a su suerte. Otros que les brindan un clima tan inapropiado en la convivencia que les crean estrés, tristeza llevándolos a estados de depresión con tendencias suicidas.
Existen los casos en que los hijos se aprovechan de las pocas ayudas que reciben sus padres y el único día que les hacen visita es cuando reciben el cheque o cuando creen que hay alguna situación donde ellos puedan demandar y obtener dinero.
Muchos adultos mayores jamás denuncian a la agencia de protección del anciano por temor a las consecuencias que este proceso podría acarrear a sus hijos.