El título de este escrito te puede sonar fuerte y es verdad. Hoy quiero comparar el amor con un canal de agua lluvias y mostrarte cómo a través de nuestra vida lo contaminamos llevándolo a un estado de pestilencia. Con un esfuerzo de dos se puede recuperar el amor y eliminar la pestilencia teniendo en cuenta estos tres elementos: hacer conciencia de las implicaciones de nuestro Ego, conceder perdón y respetar la diferencia.
Hacer conciencia de las implicaciones del ego tiene que ver con reconocer que muchas de nuestras discusiones como pareja- sino la mayoria, tienen como actor principal el Ego y este se manifiesta cuando imponemos nuestro punto de vista y cuando queremos que solo se cumplan nuestros deseos convirtiendonos en seres egoístas.
Conceder perdon, primero hacia nosotros mismos, entendernos como seres humanos en contínua construcción y con más fallas que aciertos. Nos perdonamos para poder perdonar al otro.
Respetar la diferencia significa conocer al otro y apreciar que su punto de vista, sus estrategias, su visión, sus sueños también son válidos y que deben ser respetados aunque no los compartamos.
Es en ese momento y después de invertir tiempo en estos tres elementos que poco a poco la pestilencia va desapareciendo dando lugar a una relación más honesta, madura, libre, recíproca, sin dominación, tranquila, de concertación, donde recuperados como seres humanos el amor se restablece.