Para mejorar tu relación de pareja es necesario entender el concepto de que somos energía. Nuestros sentimientos positivos como el Amor, la Esperanza, la Fe favorecen aumentar nuestra energía, nos ayudan a potenciarla y a crecer. Los sentimientos negativos como el odio, el resentimiento, el rencor son una fuente poderosa de energía, pero negativa. Cuando estamos “bien” con nuestra pareja, nuestra energía se eleva a la máxima potencia entonces nos sentimos poderosos, dueños del mundo y con el deseo ferviente de alcanzar todo lo que proyectamos. ¿Qué sucede cuando lo que estamos sintiendo por él o ella es negativo? Terminamos atrayendo infortunio es cuando nuestro animo decae, nos enfermamos, se afectan nuestra vida laboral y afecta hasta nuestros estados financieros.
La visión que deseo compartir contigo hoy no quiere decir que debes “maquillar” tu relación para que parezca un jardín de rosas, ¡NO! Lo que quiero que entiendas es que si hay una situación que te está generando malestar con tu pareja, debes tener en cuenta que tu energía esta en juego, es importante manifestarle tu inconformidad y enfrentarla para darle solución. Es muy posible que estés invirtiendo gran parte de tu vida discutiendo con tu pareja y generando sentimientos negativos que disminuyen tu energía y tu amor hacia tu pareja. Esta “pesada energía” afecta tus palabras y tus acciones que a su vez se verán reflejadas por actitudes negativas hacia tu pareja, estarás iniciando una “bola de nieve” y tus problemas crecerán. Al final del día, terminarás agotado posiblemente enfermo porque habrás gastado tu energía y todavía el inconveniente seguramente seguirá sin concluir.
Los problemas de pareja en ocasiones son sencillos y podemos darles un buen final con una buena dosis de comunicación efectiva y mediante la concertación aprender a “negociar”. Puedes también consultar un terapeuta o si es el caso recurrir a las autoridades. Lo que no debe pasar, es que el “problema” lo cargues tanto tiempo que agote tu enegía y termines como “Olafo” el amargado.