Todos los días estamos sobreviviendo y de manera literal: En cada salida a lo esencial, cuidándonos de seguir todas las precauciones de higiene, continuando con el protocolo para evitar el contagio y entendiendo la figura del aislamiento social como una manera de protegernos a nosotros protegiendo al otro.
En estos momentos es cuando mas agradecemos un día más de vida. Por estos días de cuarentena por cuenta del Coronavirus es cuando nos enfrentamos a quienes realmente somos. Esta situación donde cada persona de manera muy particular se cuida del contagio, deja ver a diario quién es quién; es nuestro comportamiento el que nos deja al desnudo mostrando nuestra realidad: ¿O somos egoístas ó somos solidarios?.
Es en tiempos de crisis como esta que vivimos, donde se prueba la fortaleza del ser humano, su templanza y su capacidad de adaptarse a nuevas situaciones para sobrevivir. A lo largo de toda mi vida, nunca me había visto enfrentada a esta lucha tan grande por tener un día más de vida y continuar sana. Podría asegurar, que desde la Segunda Guerra Mundial no habíamos sido impactados como ahora a un evento tan devastador como este. El coronavirus es mundial, no es sólo la batalla que libra un país o un continente; de la manera cómo lo afrontemos como seres humanos es lo que va a marcar la diferencia: ¿Sobrevivimos o morimos?.
El egoísmo o la solidaridad no solo en nuestros líderes, sino en nosotros marcan una diferencia tremenda en la manera de cómo vamos saliendo de ella. Generalmente hacemos la crítica al gobernante, sin mirar que nuestro comportamiento egoísta va dejando devastados a nuestros seres queridos, nuestra familia, amigos y compañeros de trabajo. La distancia es social, es solo distancia social y no significa el distanciamiento con las personas. Podemos estar conectados por las redes y los diferentes medios de comunicación para una palabra de apoyo o un mensaje solidario.
Cuando esta pandemia acabe, porque va acabar, nos quedarán las memorias de quienes nos tendieron la mano y quienes no. De quienes nos ofrecieron una palabra de apoyo a pesar del distanciamiento social. De quienes, a pesar de las circunstancias, se pudieron poner en los zapatos del otro, mostrando gestos de bondad, solidaridad y tolerancia.