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Continuando con las entregas de estas siete claves, me parece muy importante este elemento y he detectado que como inmigrantes tenemos el derecho de tener sueños para sobrevivir al proceso y no morir en el intento. A veces vivimos realidades tan difíciles en este país que es entendible que se nos olvide soñar o que ni siquiera sea algo pensable.
Considero que tenemos el derecho de soñar y debemos estimular esa actividad debido a:
- A veces nuestros sueños se convierten en un escape.
- En otras ocasiones se convierten en esperanza, funcionando esta como el motor que mueve nuestra existencia.
- Soñar no cuesta nada.
- Soñando nos volvemos atrevidos y para lograr grandes cosas debemos ser un poco atrevidos.
- Soñar es de locos y a veces hay que ser un poco loco para poder vivir felices.
- Soñando estimulamos la imaginación y este acto se puede convertir en un factor que nos protege de la depresión y muchos otros eventos negativos.
Por las anteriores razones defiendo el derecho a soñar, sin importar las circunstancias. Ningún proceso y ninguna persona debe coartar la posibilidad que tenemos de tener sueños. Si a nuestro alrededor encontramos personas sin sueños pesimistas, es simple, alejarnos de ellos es una posibilidad o si es más fácil para ti, sueña en silencio, pero siempre ¡sueña!.